Si algo nos está enseñando la crisis sanitaria del COVID-19 es la importancia y la necesidad capital de las relaciones sociales, tanto en el ámbito laboral como en el social, familiar o personal.
La obligación de aislamiento social nos afecta en todos los ámbitos de nuestra vida y más aún a organizaciones como Esf, que basa todo su desempeño en las personas y sus interacciones en grupos de trabajo, reuniones, eventos, presentaciones, etc. Encuentros físicos donde se trabaja y se toman decisiones, pero que siempre dejan un hueco para esas relaciones informales que son las que al final construyen la confianza entre las personas.
Como muchas organizaciones, estos días hemos descubierto, a la fuerza, el potencial enorme de las tecnologías de comunicación para mantenernos en contacto unos con otros, intercambiar ideas, noticias, debatir y avanzar en los trabajos del día a día.
Sin duda, nos hemos adaptado muy rápidamente a esta nueva forma de interactuar, y las tertulias por videoconferencia que hemos puesto en marcha son la mejor y más evidente muestra de este cambio. En ellas se ha hablado desde el estado de proyectos y comunidades hasta cómo gestionar en el desarrollo asuntos como derechos humanos, género o los factores sociales, temas que han despertado un gran interés como lo evidencia el gran número de voluntarios que las seguimos y la intensa participación en los debates.
Y este nuevo sistema de relación parece que continuará durante un tiempo por protección sanitaria, tanto en el plano de las comunicaciones internas como en el operativo, en las relaciones con nuestros patronos, socios locales, proveedores, etc. En esta nueva normalidad tendremos que habituarnos a operar remotamente por medio de las herramientas de las tecnologías de comunicación.
Pero este sistema tiene riesgos y uno de ellos es la pérdida del sentido de comunidad por la ausencia de esos espacios físicos para encuentros que fortalecen las relaciones personales y de confianza, carencia que puede provocar cierto aislamiento y favorecer el trabajo en áreas y grupos cerrados.
Por eso, para evitar este riesgo de aislamiento, tenemos que reforzar la comunicación entre nosotros y las tertulias de los martes son un buen ejemplo, pues ayudan a mantener este sentimiento de comunidad. El otro elemento de cohesión interna es esta Newsletter mensual que, con un esquema renovado, nos pone al día de las novedades de la organización y del mundo del desarrollo.
Tenemos por delante desafíos importantes que aún desconocemos cómo afrontar, pero hagamos de la necesidad virtud y coloquemos la comunicación entre nosotros en el centro de nuestras actuaciones, trabajando para fortalecer el sentimiento de comunidad y las relaciones entre las personas, lo más valioso de Esf.