En el blog de Esf del 15 de noviembre pasado, Carlos Sallé nos da algunas ideas rápidas sobre los resultados de la COP26. Aceptando que los acuerdos de las COP nunca satisfacen a todos por la tremenda dificultad de las negociaciones, considera que es un error decir que las COP no sirven para nada. Gracias a ellas se ha ido aceptando la importancia de luchar contra el cambio climático, se ha avanzado en estandarizar y homogeneizar lo que hace cada país, y también en algunos otros campos; y al menos una vez al año, se hace público quien sí y quien no está trabajando en ello. Y la sociedad reacciona a esto.
Comienza por identificar la realidad previa a la COP26; la crisis creada por la COVID ha hecho disminuir algunos esfuerzos a corto plazo, en especial en China e India, las aportaciones al fondo de 100.000 millones de dólares no han pasado de 80.000, y el informe del IPPC de agosto ha aumentado la preocupación por los problemas previsibles derivados del clima
Señala algunos resultados de la “parte oficial”, significando los más positivos, como incluir el incremento de 1,5ºC, en lugar de 2ºC como elemento focal en la lucha contra el cambio climático, y resalta también algunos resultados de la parte “no oficial”, aquellas reuniones paralelas que generan acuerdos, alianzas y compromisos muchas veces más ambiciosos, operativos y vinculantes que los de la parte oficial.