COP 28 – El Consenso de los EAU: Un acuerdo histórico sin precedentes
Por Jesús Abadía
Como en las COPs anteriores el cierre del texto del acuerdo se acabó enredando en el último tramo, provocando retrasos en la clausura en busca de unas frases de consenso. El debate final y los retrasos fueron tan mediáticos que acabaron enmascarando los importantísimos avances de esta COP28 celebrada en Dubai
La UE y muchos otros países querían extender la eliminación gradual -que ya se aprobó para el carbón en la edición anterior-, al petróleo y al gas natural, cosa que disgustaba a los petroestados con Arabia Saudita y la OPEP a la cabeza, que hicieron lobby, con escaso éxito, para borrar cualquier mención a los combustibles fósiles en el texto del acuerdo final.
Sin embargo, la presidencia se sacó hábilmente de la manga un nuevo concepto que fue aceptado por las partes: “transitioning away”, que viene a significar algo así como transitar hacia el abandono de los combustibles fósiles, o dejar de lado los combustibles fósiles en los sistemas energéticos de manera justa, ordenada y equitativa, acelerando las medidas en este decenio crítico, a fin de lograr cero emisiones netas para 2050, de acuerdo con la ciencia.
El alcance es enorme pues por primera vez se marca una ruta que, al margen de la vaguedad del nuevo término, pone fecha a las emisiones netas cero en un horizonte tan temprano como 2050, que solo unos pocos países hasta ahora la habían asumido como propia, aboga por la aceleración del abandono en la actual década e incorpora el concepto de transición justa, en línea con el Pacto Verde Europeo y la estrategia española. Y se cita a la ciencia del clima, a veces olvidada en las negociaciones.
De especial trascendencia es que 130 países hayan firmado el Compromiso Mundial sobre Energías Renovables y Eficiencia Energética auspiciado por la UE, que supone triplicar la capacidad instalada de energía renovable hasta alcanzar al menos 11 Teravatios (Tw) y duplicar la tasa de mejora de la eficiencia energética mundial, pasando de aproximadamente el 2 % a una cifra anual del 4 %, de aquí a 2030. En la misma línea, 30 empresas energéticas mundiales entre las que se encuentran Enel, EDP e Iberdrola han constituido la Utilities for Net Zero Alliance con IRENA en la Secretaria para avanzar en la electrificación y preparación de las redes para las energías renovables y el despliegue de energía limpia en línea con los objetivos del 2030 y un futuro con cero emisiones netas para 2050.
Estos compromisos conllevan enormes retos en desarrollo de redes de transporte y distribución, innovación, almacenamiento de energía, gestión de proyectos, y por supuesto de financiación. Sin duda este gran empuje a las energías renovables ayudará a cerrar la brecha del acceso a la energía que más de 800 millones de personas sufren en este momento, especialmente en África, que recoge el ODS 7 de la Agenda 2030 y es el corazón de la misión de Energía sin fronteras
Igualmente hubo un avance muy temprano con la puesta en funcionamiento del fondo de Pérdidas y Daños que tiene como objetivo que las naciones desarrolladas compensen económicamente a las más expuestas y vulnerables a los riesgos del cambio climático, al que España donará 20 millones de euros.
En resumen, un acuerdo histórico, muy ambicioso y que no tiene precedentes por la referencia al abandono de los combustibles fósiles y al empuje a las renovables. Dará sus frutos con el tiempo, pero obviamente solo si se lleva a la práctica, porque como muy bien dijo Al Jaber, el presidente de la COP28, en su discurso de clausura: “Un acuerdo es tan bueno como su implementación. Somos lo que hacemos, no lo que decimos”. “Debemos tomar las medidas necesarias para convertir este acuerdo en acciones tangibles”.