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DERECHO HUMANO AL AGUA Y AL SANEAMIENTO

                                                                                             

La charla-tertulia del martes, 3 de noviembre, fue particularmente interesante porque no es fácil tener al otro lado de la pantalla a una persona de la experiencia, conocimiento y responsabilidad de Pedro Arrojo, recientemente nombrado Relator Especial de Naciones Unidas para los Derechos Humanos al Agua Potable y al Saneamiento.

Pedro Arrojo es doctor en C.C. Físicas y Profesor Emérito de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza. Su investigación, centrada en la “Economía y Gestión del Agua”, se ha publicado en numerosos libros y artículos científicos. Reconocido y premiado por sus relevantes iniciativas sobre el empleo del agua, su planificación y su sostenibilidad, ha compartido con nosotros algunos brillantes e inéditos conceptos sobre el agua como derecho humano.

Resultan llamativas y esclarecedoras sus categorías sobre el uso del agua que ordena en cuatro niveles:

-Agua-Vida. Es el agua esencial para la vida del ser humano, tan esencial como el respirar. Disponer de agua para beber y para uso doméstico es un derecho y no implica ningún deber. Supone el 1,2% de la cantidad de agua que se usa en el mundo.

-Agua-Ciudadanía. Es la que permite unas condiciones de vida correctas en la sociedad en que vivimos. Por ejemplo, el suministro domiciliario regular. Implica deberes –pagarla y utilizarla de modo sensato- por parte de los usuarios. Debe gestionarse con racionalidad social, no de mercado; por ejemplo, el pago por bloques, de precio creciente, que supone subvenciones cruzadas.

-Agua-Economía. El agua, como factor necesario para una actividad económica legítima. Por ejemplo, regadío o uso industrial. A gestionar con lógica de mercado; aquí no valen subvenciones.

-Agua-Delito. La que se utiliza en actividades ilegítimas. A evitar y combatir.

Pedro Arrojo nos habló de muchas otras cosas:

Su rol como “Relator”, inserto en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Su mandato (3 años, prorrogables una vez). Sus posibilidades (dar visibilidad, ayudar a empoderar…), sus actividades (contactos, visitas de terreno, recoger quejas…), los informes que prepara ante el Consejo y ante el Plenario de la ONU. Agua y saneamiento son derechos humanos de reciente reconocimiento (2010 y 2016, respectivamente) y con las implicaciones legales derivadas. Hay matices entre lo que es derecho, lo que es importante y lo que es recomendable.

Arrojo sabe que la gestión del agua es muy compleja. La privatización de los servicios de agua apareció en los años 90 y sigue siendo una cuestión conflictiva; hay presiones fuertes del sector privado (Foro Mundial del Agua) y es necesaria una regulación. A la pregunta de si hay escasez de agua en la Tierra, Arrojo contestó que globalmente no pero hay problemas de desigualdad. En su redacción actual, el derecho humano al agua no incluye los “usos ecológicos”, pero Pedro Arrojo piensa que sí deberían garantizarse.

Las actividades que, como Relator Especial, prevé para el primer año de su mandato son muchas en el marco de la doble crisis: pandemia y cambio climático. Además de informes temáticos (comunidades indígenas, sostenibilidad de los ecosistemas, migraciones y refugiados climáticos, gobernanza mundial…), prevé estudiar el “Binomio Agua-Energía”, algo en lo que desde Energía sin fronteras podemos ayudarle.  Nos recordó que el 19 de noviembre es el “Día Mundial del Retrete” (“World Toilet Day”) y que es muy necesario visibilizar el derecho al saneamiento.

Desde Esf le deseamos suerte en su puesto de Relator del Consejo de Derechos Humanos y le ofrecemos todo el apoyo de nuestra organización en esta misión.