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Energías renovables para el desarrollo

Por Pilar Sevilla, Pdta de la Fundación Energía sin fronteras

La accesibilidad a servicios energéticos adecuados se reconoce universalmente como una de las condiciones necesarias para que se pueda originar el desarrollo social y económico de las comunidades. Es también una condición imprescindible para que las personas puedan vivir en condiciones dignas y, como defendemos en Esf, para que se les permita ejercer sus derechos como seres humanos. No es una idea de unos pocos, sino que cuenta con un soporte legal otorgado por la adopción de la mayoría de los países de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030 de Naciones Unidas.
Pero esta declaración no debe ocultar las dificultades que existen para que el acceso a la energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos pueda materializarse. La inversión necesaria para que muchos países puedan implementar o extender redes de suministro eléctrico y energético a todos sus ciudadanos y los recursos necesarios para su operación y mantenimiento son siempre un problema de primer orden. Países en vías de desarrollo, infraestructuras en desarrollo, conformando el círculo vicioso de la pobreza, difícil de deshacer.
Este panorama, aparentemente irresoluble, se ha visto aliviado en los últimos decenios por la introducción firme y continuada de las tecnologías de generación renovable, especialmente aplicables para proporcionar electricidad en situaciones de comunidades aisladas. La energía solar fotovoltaica, energía eólica, minihidráulica y otras son ya realidades disponibles a coste asequible, de calidad y fiabilidad contrastada y de buenas características en cuanto a su escalabilidad y replicabilidad. Su operación y mantenimiento son sencillos y baratos y pueden ser asumidos fácilmente por sus usuarios o instituciones locales si se les proporciona la formación y capacitación adecuada. Por otra parte, son tecnologías sostenibles desde el punto de vista medioambiental y, como tales, nulas contribuyentes a la emisión de gases de efecto invernadero. Las energías renovables son también un objetivo en los países desarrollados en aras de la lucha contra el cambio climático y la consecución de una transición energética justa. También se han revelado como una fórmula conveniente, mediante el autoconsumo y las comunidades energéticas, para paliar la pobreza energética.
Energía sin fronteras está comprometida desde su creación en el empleo y fomento de las renovables como modelo más adecuado para llevar la energía a las comunidades con las que trabaja. Actualmente, Esf colabora también con instituciones asistenciales para que mediante la instalación de sistemas renovables puedan aliviar el coste de sus facturas energéticas y conseguir mayor alcance de sus actividades en favor de los más desfavorecidos.
En breve, del 20 al 22 de febrero de 2023, se celebra en Madrid una conferencia de alto nivel sobre energías renovables, SPIREC 2023. Esf va a participar activamente en ella, desde su experiencia y desde su doctrina. Creemos en las energías renovables como motor del cambio para los más vulnerables. Somos conscientes de que este sector debe todavía evolucionar para que sus costes sean los más bajos posibles, para que se desarrollen plenamente las tecnologías y dispositivos de uso final y para que los instrumentos nacionales e internacionales de ayuda a la financiación para los países pobres sean más ágiles y eficaces. Pero seguimos confiando en las energías renovables como solución principal para conseguir el propósito de Esf: que la energía y el agua sean accesibles a todas las personas.