Enrique Alcor deja sus tareas como responsable de Operaciones. A continuación nos comenta su visión para el futuro de Esf:
Me preguntaron cómo veía a Esf en el futuro y lo primero que me vino a la mente fue ¡LA VEO BIEN! No puedo evitarlo, soy un simplista positivo y, además, empedernido. Pero, una cosa es decir ¡LA VEO BIEN! y otra escribir sobre ello. Y, claro, me entraron dudas, no porque vea a Esf mal en el futuro, qué va, sino porque mi parte de simplista, al ponerme frente a un papel en blanco, me había sacado la parte sistémica que llevo dentro y que seguramente fue la que me hizo estudiar para ingeniero.
No sé si sabéis que en filosofía existen, entre otras muchas, dos corrientes de pensamiento: el simplista, que resuelve los temas con ideas y razonamientos demasiado elementales, y el pensamiento sistémico, que analiza todas las partes que se interrelacionan buscando una solución probablemente más compleja, pero también más efectiva.
Pues bien, estas dos visiones, si las juntamos, hacen un todo que puede explicar cómo veo a Esf en el futuro. Tenemos un potencial altísimo de conocimiento, experiencia y saber hacer, pero quizá no lo hemos sabido articular adecuadamente, debiendo aplicar un poco más esa parte sistémica de análisis para poderlo mejorar. Y creo que éste es el momento: tenemos un nuevo Presidente, cambios en la estructura de la organización, una nueva comunicación que empieza ya a dar resultados francamente buenos; en definitiva, tenemos sangre nueva que sabrá, con la experiencia adquirida, modificar los mecanismos internos, engrasándolos, reorganizándolos y ordenando ese saber de modo que consiga hacernos más sólidos, eficaces y visibles. Pero todo esto se produce gracias a un voluntariado que no se pega por ser “jefe” ni por el “sueldo”, ni siquiera por el “variable” anual (o sea, el paradigma de cualquier director), gracias a unos voluntarios que estamos en Esf porque nos da la gana, porque queremos hacer algo bueno y solidario poniendo nuestra experiencia profesional y personal al servicio de quienes más lo necesitan, de aquéllos cuya posibilidad de tener luz, agua y saneamiento es bastante remota. Precisamente para remediar esas carencias ponemos a disposición de Esf nuestra experiencia, tiempo y esfuerzo.
Para hacerlo más gráfico, pensemos en un iceberg del que tan solo algo más del 10% se ve en la superficie, mientras la gran masa de hielo está bajo el agua. La explicación científica de este hecho es que la densidad del hielo es un poco menor que la densidad del agua del mar. Resumiendo, hoy en día Esf es un gran iceberg y se nos ve solo un 10% cuando en realidad tenemos un 90% de potencial que sacar a la superficie. Por tanto, es bastante esperanzador trabajar para que ese 90% sea capaz de salir a flote y creo, sinceramente, que se puede conseguir con algún sencillo cambio estructural que asegure la cohesión del trabajo de los diferentes equipos, pero sobre todo por la dosis de compromiso personal de todos y cada uno de nosotros con aquello que nos enamoró de Esf. Hagámonos un poco más “densos” y disciplinados en nuestro compromiso y veremos cómo en Esf se vuelve a reproducir el principio de Arquímedes que, como todos lo sabéis por haberlo aprendido de pequeños, lo adapto para nuestro caso y dice así: “Solo una Esf sumergida en un fluido solidario, experimenta un empuje vertical hacia arriba igual al peso del compromiso desalojado por sus voluntarios”. Habilidades y conocimientos tenemos de sobra, hacernos más visibles está en nuestra mano, en cada uno de los voluntarios y en su compromiso personal con la organización. Personalmente llevo desde Marzo de 2013 (fecha en la que me prejubilé) en Esf, aunque antes fui el representante de mi empresa en el Patronato y, siendo totalmente sincero, llenó mi vida desde el primer día de una actividad muy gratificante, aprendí de mis compañeros, hice amigos y me he divertido enormemente poniendo mi granito de arena en esta empresa común que se llama Energía sin Fronteras.