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ESF CON LAS COMUNIDADES AFECTADAS POR LOS HURACANES EN CENTROAMÉRICA

Los huracanes ETA e IOTA han descargado sus lluvias y la fuerza de sus vendavales sobre Centroamérica en un breve lapso de 10 días, a primeros de noviembre. Zonas de Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Nicaragua y Honduras se han visto afectadas de forma importante. En este último país, las consecuencias de estas tormentas tropicales han sido más dañinas y entre los municipios damnificados están los de Yoro y Victoria. Esf está en contacto con las autoridades de estas localidades para facilitar ayuda a sus poblaciones y para mantener, en la medida de lo posible, la continuidad del proyecto Corylus.

El huracán ETA entró el 3 de noviembre en las costas nororientales de Nicaragua como un huracán de categoría 4, desplazándose posteriormente por todo el territorio hasta llegar a Honduras como tormenta tropical. A su paso ha dejado inundaciones, deslizamientos de tierras, derrumbes, viviendas soterradas, destrucción de infraestructuras viales y comunidades enteras incomunicadas. Desafortunadamente, han fallecido 98 personas en este país. La Comisión Permanente de Contingencias (COPECO) de Honduras ha informado que hay más de dos millones y medio de personas afectadas. Las cifras son también importantes en los países vecinos, aunque de una magnitud inferior.

En lo que atañe a las comunidades en donde Esf desarrolla el proyecto Corylus, se sabe que, desde que el 17 de noviembre la tormenta tocara tierra, toda la región está sin energía eléctrica. En concreto, todo el municipio de Victoria tiene problemas de conexión y varias comunidades están sin agua, siendo el mayor impacto en Yoro y en las comunidades próximas a la represa del cajón. Como datos preliminares se han reportado 690 familias damnificadas, 136 familias albergadas, 102 familias refugiadas, 134 comunidades incomunicadas y multitud de cultivos de granos básicos y café afectados.

Esf ha estado en contacto directo con las zonas para conocer sus necesidades y para ofrecer toda su ayuda. Los voluntarios que dirigen el proyecto Corylus continúan al habla con las autoridades y con los socios locales para mantener su puesta en marcha en donde sea posible y para restablecer su programa en el resto de las localidades.