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Esf presenta el modelo Corylus a las autoridades hondureñas

El equipo Esf que gestiona el proyecto CORYLUS presentó el pasado 26 de abril este modelo y sus principales resultados a un grupo de instituciones hondureñas. La convocatoria venía de la mano de la Secretaría de Estado para el Despacho de la Energía Eléctrica y congregó a una serie de actores de la electrificación en el país, entre otros la Unidad de Responsabilidad Social y Ambiental, la Dirección General de Energías Renovables y Eficiencia Energética, representantes del FOSODE y distintos proveedores de equipos.
La presentación corrió a cargo de Javier Alaminos, apoyado por Beatriz Adrados y Carolina Carín. Se comentaron las experiencias de Esf previas a Corylus mediante el Modelo de Electrificación para Comunidades Aisladas (MECA) en el Alta Verapaz en Guatemala, así como las lecciones aprendidas en este proyecto. Desde entonces, la tecnología ha evolucionado, la eficiencia de los aparatos ha mejorado mucho y los equipos son más sencillos, económicos y sin mantenimiento. El objetivo de Corylus es conseguir el primer acceso a la energía eléctrica en comunidades aisladas donde no esté prevista la llegada de la red eléctrica tradicional. Sus características principales son la implicación de las autoridades, la adecuación de equipos a las necesidades de las comunidades, la instalación de equipos sin mantenimiento, autoinstalables y con calidad contrastada, y el pago de una parte de su coste por los beneficiarios. La intervención de Esf comenzó con el proyecto Corylus piloto a partir de 2018 en las comunidades de Victoria y Sulaco en el Departamento del Yoro, dirigida a comunidades aisladas tolupanas. Tras esta primera fase, el proyecto se amplió mediante el denominado proyecto Corylus Semilla también en el Departamento del Yoro. En total, mediante los dos proyectos, 1476 familias tienen actualmente acceso a la electricidad.
Para el equipo Corylus, estas experiencias ha sido un éxito y muestran la viabilidad del modelo, cuyas claves son la apropiación de los equipos por los beneficiarios, el adecuado diseño de los pagos para adaptarlos a la temporalidad y cuantía de los ingresos de las poblaciones, la recuperación de los fondos iniciales, la implicación de las municipalidades y el trabajo en equipo.
La eficacia de Corylus fue reconocida por los asistentes a la teleconferencia que plantearon diversas preguntas sobre sus posibilidades de adaptación a otras fuentes de financiación, entre ellas las provenientes del FOSODE. Esf insistió en la necesidad de que los beneficiarios paguen por los equipos que reciben de manera que se produzca una verdadera apropiación. Los participantes se interesaron también en diversas características técnicas de los equipos y las posibilidades de que más allá de sus usos domiciliarios puedan servir para usos productivos. Corylus fue contrastado también con otras iniciativas y modelos de electrificación rural que actualmente se desarrollan en Honduras.
Por último, el equipo de Esf, con la conciencia de “No dejar a nadie atrás”, comunicó su deseo de poder extender Corylus a otras regiones hondureñas, en concreto a la zona de la Mosquitia que posee unos índices muy bajos de cobertura eléctrica, y ampliar el objetivo domiciliario a la electrificación de centros educativos y sanitarios.