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La sonrisa de Diana

Nadie que la haya conocido ha olvidado la resplandeciente sonrisa de Diana Cuéllar, una sonrisa que iluminaba el despacho donde trabajaba en Esf y contagiaba a sus compañeros. Diana era entusiasmo, solidaridad, espíritu de servicio, alegría y, por supuesto, competencia. La vida ha sido injusta con ella y la ha convertido en una persona dependiente a raíz del nacimiento de su segundo hijo. Ahora vive en Guadalajara con sus padres que la cuidan y la miman como solo unos padres saben hacer. Carmina, su madre, a quien Diana se parece mucho, es una madre coraje que cree en sí misma y en su hija mas que los médicos a los que está demostrando las razones de su fe. Querer es poder y ella quiere y mucho. El equipo de amigos, con los que Diana tenía mucha relación, la visitamos recientemente y salimos de su casa alegres y conmovidos. Diana nos reconoció y sonrió con su preciosa sonrisa y avivamos sus recuerdos con nuestra charla. Muy poco a poco va progresando en su recuperación y esperamos celebrarlo de nuevo en nuestra próxima visita. Diana nunca dejará de ocupar un lugar especial en el corazón de quienes la tratamos.