Mariano Cabellos Velasco
Mi experiencia profesional ha estado radicada fundamentalmente en UNESA, la patronal de las empresas eléctricas. Allí tuve la suerte de coincidir con muchas personas que posteriormente serían cuerpo y alma de Esf. Por citar solo a algunos quiero resaltar a José Mª Arraíza, Jesús Gómez, Luis Paradinas, José Mª Paz, de los que aprendí a manejarme en ese mundo nada sencillo.
Hablé mucho con Arraíza del proyecto que él tenía en la cabeza. Una ONGD, formada por voluntarios, inicialmente del sector energético pero abierta a cualquiera, con la misión de llevar energía a aquellos que carecían de la misma.
La primera gestión activa que recuerdo fue convencer a los miembros de la Junta Directiva de UNESA, para donar a Esf, todavía en fase de formación, el excedente presupuestario de UNESA del año 2002. Esto supuso una inyección de recursos muy necesarios en los inicios de nuestra ONG.
Se puso en marcha la ONG y tuve el honor de formar parte del patronato durante unos cuantos años. En este tiempo pude comprobar la labor tan magnifica que estaban haciendo los primeros voluntarios que se habían adherido a la ONG. Esto me animó a formar parte del grupo de voluntarios.
Pasaba el tiempo, Esf crecía, de la mano de Carmen Becerril y José Mª Arraíza. Un buen día, en un viaje a El Salvador, yo andaba gestionando mi prejubilación, Arraíza me propuso si me apetecería ser el presidente del Patronato. No pude negarme ya que creía firmemente en el proyecto y además era un honor que los patronos y voluntarios de la ONG me aceptaran como tal.
Pasé 10 años maravillosos, aportando lo que estaba en mi mano, que no era mucho si lo comparamos con lo que hacían el resto de voluntarios.
En esta época creamos el grupo de Amigos de Esf, que resultó ser una idea fantástica de cara a la financiación de la ONG, ya que se convirtieron en un grupo muy fiel y muy estable en la aportación de recursos financieros siempre necesarios para nuestros proyectos de agua y energía.
Formé parte del comité de Relaciones Institucionales, ahí coincidí con otro grupo de voluntarios extraordinarios. Fernando Hidalgo, el alma mater de la web, Ramón Barro, super experto en comunicación, Fernando Urquiza, compañero muchos años en Unesa y que tomaría mi relevo en este comité, y otros muchos que no olvido, aunque no los mencione aquí.
Tengo que decir que los años que he estado en activo (todavía sigo como voluntario inactivo), me han llenado de satisfacción. Cada vez que poníamos en marcha una farola, un pozo, electrificábamos una escuela o un consultorio médico éramos conscientes de que hacíamos más fácil la vida de unos millares de niños, mujeres y/o personas muy necesitadas de todo.
Quiero terminar con un emotivo recuerdo para José Mª Arraiza, Jesús Gómez y otros que nos han dejado, pero siempre permanecerán en mi memoria. Pues ellos han sido y siguen siendo un ejemplo de solidaridad y de bondad para los demás.