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Mis mil y una aficiones

                                                                                                         Por Enrique Alcor

Me pidieron que escribiera sobre mis aficiones (que también son mis pasiones) para inaugurar una nueva sección. Pues bien, dieron en el clavo porque una de las cosas que más me gusta en este mundo es esto precisamente, las aficiones. Tengo la suerte de que no me gusta el futbol, ni ver en general deportes (sí practicarlos), lo que me deja mucho tiempo libre. Todas las aficiones que tengo me las tomé muy en serio siempre, no paso de puntillas, aprendo, las vivo y las disfruto, tratando de llegar hasta el final.

Mis aficiones principales por orden de aparición fueron:

La guitarra. Aprendí de forma autodidacta y la practiqué entre los 13 y los 23 años más o menos, guitarra clásica y de acompañamiento, llegué incluso a tocar en un conjunto con guitarra eléctrica en 1972-73.

La montaña. Me enganché a los 18 años y no dejé de practicarla hasta los 48 cuando me operaron de las dos rodillas. Cierto es que con más intensidad de los 19 a los 30, donde llegué a escalar el Mont Blanc y otro par de cuatro miles. La montaña fue una de mis grandes pasiones, era algo que me podía y me realizaba.

El esquí. Otra pasión unida a la anterior, practicaba esquí de travesía y de pista, en invierno en la montaña y un par de semanas al año en pista, incluso en verano esquiaba en los glaciares franceses. Se terminó con la operación de rodillas.

La bicicleta. Comencé haciendo bicicleta para entrenar a diario y estar fuerte en la montaña, lo que pasa es que me enganchó también y, después de nacer mi hijo, que ya no podía irme tanto tiempo al monte, cambié de 80 montaña y 20 bici, a 20 montaña y 80 bici. Solo con la bicicleta de carretera habré recorrido más de 70.000 km. Subí muchas montañas, entre ellas los Lagos de Enol, que es lo peor con diferencia.

La fotografía. Heredé de mi tío una cámara Retina IIC y comencé a hacer fotos constantemente desde los 20 años hasta hoy. La cámara de fotos me acompañó siempre en todos los viajes y aficiones. Tengo la suerte de haber visitado unos 40 países y tengo fotos de casi todos los viajes. Sigo haciendo fotos hoy en día también.

La moto. Mi padre tenía moto y yo viajaba en ella desde los 3 años, luego el coche para trabajar, pero me volvió a picar el gusanillo a los 30 años, compré una Vespa 125, pasé a una Suzuki 400, a una Yamaha 600, a una BMV 1000 de carretera que compaginé con una BMW 650 de trail. Más tarde otra trail Capo Nord de Aprilia de 1000 cc y actualmente una Suzuki 650 V-Strom. Viajé por Francia, Suiza, Alemania, Portugal y toda España, usándola también para ir a trabajar. La moto para mí fue siempre sinónimo de libertad, disfruto cada vez que subo en ella como el primer día.

Las maquetas de moto. Como me gustaban tanto las motos construí maquetas 1/12 donde pegaba las piezas entre 100 y 150 según el modelo, pintaba, barnizaba, les ponía las calcas y esto lo hacía generalmente antes de ir a trabajar todas las mañanas que no estaba de viaje, entre las siete y las ocho. Conseguía ir relajado y aguantar la presión del trabajo con alegría. Tengo 62 maquetas que tardé unos ocho años en hacer. También hacía para los amigos moteros.

El Tiro Olímpico. Comencé en 1996 cuando empezaron los problemas para subir montañas, ahora compito en cuatro pruebas, dos de aire comprimido y dos de cartucho. Asistí mas de 10 veces a los campeonatos de España en Senior y Veteranos quedando subcampeón de España en 2010 (perdí en el desempate), tengo varias medallas de bronce y diplomas por cuartos y quintos puestos. También fui varias veces campeón y subcampeón por equipos.

Los relojes. Siempre me gustaron, pero cuando me prejubilé empecé a meterme más en la técnica, iba comprando y vendiendo relojes de segunda mano para poder investigar y escribir sobre ellos. Escribí un libro llamado “La historia de mis relojes y otras cosas interesantes” con el cual disfruté mucho mezclando los relojes que pasaron por mis manos con anécdotas de mi vida, marcas, técnicas y muchas más cosas. Quien lo quiera me lo puede pedir en PDF.

Pero no os creáis que era rico, trabajaba y mucho. Mi vida profesional está ligada a la energía solar fotovoltaica en la cual empecé en 1978 y que es otra más de mis aficiones, viví por y para introducir la energía solar en España, también escribí un libro sobre el tema en 1985 que se vendió bastante al no haber casi nada sobre fotovoltaica.  Aprovechando los derechos de autor, que era un ingreso extra, compré la Vespa que me aficionó a las motos, una buena bicicleta de carretera, la primera pistola de competición en aire comprimido y alguna cosilla más. Después de 35 años en la fotovoltaica me prejubilé, entré en Energia sin fronteras al día siguiente de dejar de trabajar y disfruto de todo el tiempo del que dispongo. Pero os confieso algo, la mayor afición que tengo es la de vivir, con esta puedo hacer todo lo demás.