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Perfil del Voluntariado de Esf

                                                                                                                      Por Jesús Abadía

Cuando echamos una mirada alrededor del colectivo del voluntariado, con frecuencia nos preguntamos si quienes en Esf dedicamos nuestro tiempo e ilusión somos una representación en pequeño de la sociedad española, si nos parecemos a la media del voluntariado español o si, por el contrario, tenemos nuestras propias singularidades.

¿Cuál es el perfil de nuestro voluntariado?

Muchas veces hemos oído que somos una ONG integrada sobre todo por mayores con formación de ingeniería o, más genéricamente, de tipo técnico. En parte es cierto, son muchos los voluntarios con formación en áreas técnicas como ingenierías, energía, agua, medioambiente, etc. Ocho de cada diez vienen de estas disciplinas, mientras que dos de cada diez tienen una formación más humanista, en ciencias sociales como derecho, economía y otras.

¿Es esta distribución de talento la más adecuada a nuestros objetivos?

Las infraestructuras de agua y energía son el pilar básico de nuestros proyectos y el motor principal para mejorar las condiciones de vida de nuestras comunidades, y en su concepción y desarrollo se requiere cualificación, sobre todo, técnica. Pero también es cierto que los proyectos cada vez exigen mayor intervención en aspectos sociales, financieros, legales, al incorporar a los mismos asuntos de derechos, alianzas, género, educación, etc., por lo que la necesidad de personas con competencia en aspectos sociales va en aumento.

¿Y sobre la edad?

La media del voluntariado español acoge en un 60%  a hombres y mujeres en edades intermedias entre 30 y 60 años, mientras que un 30% superan los 60 años y solo un 10% tiene menos de 30 años. La Plataforma del Voluntariado de España reconoce que las ONG españolas se enfrentan al reto de atraer a los jóvenes y a los mayores de 65 años, dos colectivos que pueden aportar aún más talento y dedicación, y que existen barreras culturales y de disponibilidad de tiempo que dificultan su incorporación al voluntariado. En Esf, en esa franja de edad intermedia solo se encuentra el 40% del colectivo mientras que el 20% tiene menos de 30 años y el 40% restante supera los 60 años.

Tenemos un equilibrio entre juventud y compromiso, talento y tiempo, experiencia y modernidad, una distribución muy parecida a la pirámide poblacional y más cercana a ese objetivo que la Plataforma indica.

Sin embargo, en cuanto a la distribución por sexos, en el voluntariado español seis de cada diez son mujeres, mientras que en Esf la participación femenina es de tres de cada diez. En esta variable estamos muy alejados de la situación ideal, por lo que si buscamos un voluntariado inclusivo, reflejo de la sociedad, deberemos hacer un esfuerzo para incrementar la participación de mujeres en el colectivo.