Por Chema Blázquez
Mi andadura en Energía sin fronteras comienza en enero de este año. Tras haber oído hablar tantas veces de la organización a través de Javier Alaminos, decidí que era momento de pasar a la acción.
En mi última charla con Javier, después de un largo tiempo sin habernos visto por las extrañas circunstancias que nos han hecho replegarnos en nuestras madrigueras, volví a sentir el entusiasmo de un voluntario dispuesto a cambiar las cosas; a poner un granito de arena, dos, tres… los que hagan falta. Siempre dispuesto a buscar formas de mejorar los proyectos y la calidad de vida de las personas a golpe de generosidad, Javier me alentó y me dio el empuje necesario para contribuir a tan bonita causa y ayudar a llevar el tan necesario binomio de energía/agua a aquéllos que no han tenido tanta suerte al nacer. Y es precisamente ese enfoque, el de querer llegar a los rincones más olvidados, el que me cautiva y me anima a trabajar.
Tras una cálida bienvenida virtual, por fin tuve la oportunidad de conocer a mi equipo de trabajo: un equipo entregado, acogedor, motivado y del que siento que se puede aprender una barbaridad, tanto a nivel profesional como personal, y en generosidad. En ese sentido, estoy especialmente agradecido a Laura, Carolina, Guillermo, Mabel y, cómo no, a Javier. Gracias a su esfuerzo, cada vez más comunidades de Perú -y de tantos otros lugares- están experimentando un cambio en su día a día y sembrando la semilla del desarrollo. Un desarrollo libre, suyo, en el que por fin pueden ser un poco más dueños de su destino sin estar condicionados por la limitación de oportunidades.
El resto es más un camino por transitar que un camino ya transitado. Espero que juntos podamos sacar adelante muchos más proyectos y que estas ganas de colaborar realmente se traduzcan en múltiples caminos para aquellos que las disfrutan. De la misma manera, quiero también agradecer a todos los voluntarios de Esf el esfuerzo que están poniendo día a día para mejorar las cosas. Espero veros pronto a muchos de vosotros y poder conocer de primera mano las realidades de los proyectos en los que con tanto amor os implicáis.
Por un largo camino juntos. Por ver a Esf seguir creciendo como organización de referencia. Por seguir llevando energía y agua allí donde más falta hace.