Por Mariano Molina
Para los que teníamos la radio en casa en un estante alto en la cocina, para los que recordamos cantar a nuestra abuela asomada a la ventana del patio mientras tendía la ropa, para los que no entendíamos qué era eso de la mancebía pero cantábamos, igual que ella, que estaba apoyada en el quicio, este libro es un guiño cariñoso y picarón a nuestra infancia. La Piquer, la del baúl, es un recuerdo amable de la vida cotidiana cuando éramos niños a través de la vida de una persona singular que sobrevolaba en la música de nuestros hogares.
Sin embargo, Manuel Vicent nos descubre que Concha Piquer fue algo más que una referencia en la memoria colectiva, si esto existe. Criada en un ambiente casi mísero, sus condiciones y talento musical, la llevaron tempranamente a los escenarios en condiciones excepcionales para su época: Nueva York, México, Argentina. Vida profesional intensa, vida personal agitada. El entorno era arriesgado, las decisiones difíciles, muchas veces dolorosas, pero ella forjó una personalidad fuerte, decidida a hacer lo que ella quería hacer; adelantada a su época, por eso, moderna.
Hoy en día diríamos que la Piquer fue una mujer empoderada, aunque, indudablemente el empoderamiento se lo otorgó ella misma que con valentía y tenacidad buscó su propio camino, aún a riesgo de quedar excluida de un contexto social pacato que no admitía tales comportamientos para lo femenino. Es cierto que su inteligencia le hizo ver pronto que, si bien no debía dar marcha atrás, tampoco estaba el patio para alardear de muchas de sus acciones. Fue discreta pero firme. De una conducta que en aquella época, los cuarenta, los cincuenta, los sesenta, podía ser moralmente reprochable, ella mantuvo con decisión sus propios valores, centrados en una lealtad incondicional a su familia y a sus amigos, y a quienes ella consideraba que por su temperamento no tenían las mismas oportunidades de perseverar en sus convicciones.
El libro de Vicent está escrito en un tono narrativo periodístico, vibrante, inteligente e imaginativo. Está lleno de anécdotas extraordinarias, la Piquer y la mafia en Nueva York, García Lorca buscando su complicidad, su amor inquebrantable por un hombre ya casado, el dolor de los hijos perdidos… Es posible que este relato no diga nada a las generaciones jóvenes pero, como hábilmente nos muestra su autor, nos trae de nuevo muchos de los olores y sensaciones de la vida cotidiana de años pasados a los no tan juveniles: el olor a repollo en la escalera de las viviendas, el ruido de las motocicletas arrancando en el callejón de al lado, el humo espeso del tabaco en bares donde era imposible hablar por el estruendo de la máquina de café… y todo ello con la música de fondo de las coplas de un marinero que vino en un barco de nombre extranjero, de unos ojos verdes traicioneros, de una que solterita se quedó. Recuerdo a mi madre y a mi abuela embelesadas viendo a la Piquer en entrevistas televisivas; “canta muy bien, pero tiene muy mala leche”, decía mi abuela. ¿Admiración o envidia?
“Retrato de una mujer moderna” es un excelente retrato de una de las artistas más populares de la posguerra, que está aderezado por la complicidad, en cuanto valencianos los dos, del autor y la protagonista y que tiene una tesis radical y novedosa: la Piquer, en lo personal, fue una mujer adelantada a su época. Como dice el título, fue una mujer moderna. Gran homenaje a Doña Concha y una gozada de lectura. Muy recomendable.
(Español) Somos una ONGD de personas voluntarias comprometidas con el bienestar de los más vulnerables, una plataforma de la sociedad civil que quiere trabajar por el desarrollo de los más desfavorecidos y alejados, mediante su experiencia y capacidad de acción en el acceso a la energía.
(Español) C/ Maudes n °51 – 28003, Madrid
Teléfonos:
Proyectos: 624 70 32 11
Administración: 661 31 6659
E-mail: info@energiasinfronteras.org
© Copyright 2025 | Energía sin Fronteras