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Voces jóvenes y expertas hablan de cooperación y de Esf en Colombia

Tatiana Vásquez y Lina Rocío Pérez Mejía son dos jóvenes ingenieras colombianas que están dedicando tiempo, esfuerzo y talento a evaluar el impacto de la cooperación internacional en las políticas energéticas de su país. Como han elegido a Esf para estudiar de cerca tan importante tema, les hemos pedido su testimonio.

¿Qué os decidió a cooperar en la Evaluación de impacto en Colombia con Esf? ​​​

T. Trabajar con un equipo que tiene experiencia internacional en contextos rurales y contribuir a la mejora de las políticas energéticas de Colombia.

L. Este es un proyecto muy interesante para reforzar las políticas públicas del país desde mi perspectiva, con el ánimo de encauzar de una manera más efectiva los esfuerzos de los fondos estatales enfocados a la electrificación rural en Colombia.

¿Cómo veis la situación de la electrificación o Acceso Universal a la energía en vuestro país? 

T. De acuerdo a los planes actuales, se estima en un largo plazo (2030) y con una alta inversión. Hace falta establecer un modelo claro de sostenibilidad y una diversidad de soluciones que vaya acorde con las necesidades de la población.

L. La energía eléctrica en Colombia se reconoce como un servicio público esencial de acuerdo a la ley, por tanto cada uno de los colombianos tiene derecho a acceder a este servicio de manera eficiente y confiable. En los últimos años, el Estado ha venido trabajando activamente para lograr este objetivo, que también es parte de un compromiso a nivel internacional proyectado para el año 2030.  Desde mi perspectiva, considero que enfocando mejor los esfuerzos del Estado es factible lograr esta meta y, si desde nuestro trabajo se puede aportar a este objetivo, estaremos construyendo país.

Desde vuestra óptica, ¿cuáles deberían ser las prioridades de Esf para ser verdaderamente útiles en Colombia?

T. Proponer recomendaciones orientadas a las condiciones rurales, basado en experiencias previas de otros países con contextos similares y con las experiencias recolectadas en campo en Colombia, que permitan acelerar el acceso universal a la energía y, sobre todo, a ajustar los diferentes criterios de selección de alternativas energéticas.

L. Como una entidad internacional, Esf tiene la oportunidad de ser escuchada y tenida en cuenta por el Estado, por lo que a mi parecer puede proponer formas de sostenibilidad de proyectos energéticos a pequeña escala, basadas en experiencias internacionales  que puedan ser aplicables al contexto colombiano para suplir las necesidades de las comunidades sin afectarlas económicamente, garantizando el acompañamiento de estos proyectos tanto del Estado como de operadores capaces de asegurar dicha sostenibilidad.

Según vuestra experiencia de mujeres jóvenes con formación, ¿en qué medida habéis sufrido o sufrís la ausencia del enfoque de género en vuestras actividades profesionales?

T. Este sesgo sigue presente en el sector, desde la formación con presencia de un 10 a 15% de mujeres en el pregrado de Ingeniería Eléctrica, al campo laboral. La concepción de la mujer en este sector está mas orientado a la participación administrativa, no a la toma de decisiones. Esto implica que posicionarse en cargos directivos, y mas en obra sea difícil. Ya se ven avances en la participación de la mujer en el sector a través de cargos públicos liderados por mujeres que reflejan inclusión, pero aun la brecha persiste, pues para generar un verdadero cambio se requiere educar a la población, cambiar las tradiciones, romper estereotipos y aceptar la equidad de género.

L. En el sector energético en Colombia la participación de las mujeres aún es pequeña, desde los procesos formativos hasta los ambientes laborales; sin embargo, en los últimos años las mujeres hemos comenzado a participar de forma más activa en procesos técnicos y en puestos de liderazgo, un ejemplo de ello es el nombramiento de una ministra de energía y varias viceministras en el gobierno actual. A pesar de este progreso, se siguen presentando casos en donde los colegas o compañeros encasillan a las mujeres en ciertos roles de género que limitan su desarrollo profesional en cargos que solían ser ocupados principalmente por hombres, tanto en áreas administrativas como técnicas. Considero posible que trabajando el enfoque de género en este sector se logre mejorar estas condiciones.

Si estuviera en vuestra mano, ¿qué os gustaría esperar del futuro próximo en materia de cooperación internacional? Y concretamente, del futuro de Esf en Colombia.

T. Me encantaría que Esf desarrollara proyectos de cooperación para Colombia, ya sea en el campo de la educación, agricultura, cultura o salud. Para mi sería  un honor participar y poder trabajar de la mano de personas con tanta experiencia.

L. Sería muy interesante que Esf participara incentivando proyectos de acueductos y alcantarillados rurales a través de la generación de fuentes no convencionales de energía para el bombeo de agua, utilizando métodos eficientes a nivel mundial en estos procesos.

¿Habéis pensado en convertiros en voluntarias de Esf en el futuro?

T. Por supuesto, yo quiero ser voluntaria de Esf e invito a que las mujeres que estamos en el sector de la Energía, se unan también a Esf.

L. Si, sería una oportunidad única de compartir experiencias y aprender nuevas formas para apoyar el crecimiento energético mundial, para reducir brechas de pobreza con personas de otros países y de otras áreas. Espero que en un futuro no muy lejano lo pueda hacer realidad.